Iniciada por el lejano año de 1977 la saga de Star Wars no solo continúa sino que no deja de sorprendernos. A un año del estreno del episodio VII el director Gareth Edwards fue quien afrontó el enorme reto de mantener viva la franquicia con una historia que, si bien permanece fuera de la trama principal, permite profundizar en cómo se llevaron a cabo algunos eventos conocidos en un momento crucial dentro del universo de Star Wars.
Ubicada justo antes del episodio IV y en pleno apogeo del Imperio Galáctico la historia se centra en la trágica vida de Jyn Erso (Felicity Jones), hija de un reconocido científico reclutado a la fuerza con la finalidad de desarrollar el arma más letal y destructiva del universo llamada La Estrella de la Muerte. La protagonista junto a un grupo de rebeldes deberán infiltrarse con el fin de robar los planos que les permitirán acabar con el arma y traer así la esperanza para seguir luchando con el fin de acabar con la época de tiranía en que viven.
LO POSITIVO
Un punto que juega muy a favor es que el director retoma elementos clásicos de la trilogía original pero sin caer en una repetición innecesaria de la historia (cosa que fue muy criticada en el episodio VII). Tenemos así un universo intergaláctico lleno de androides y personajes peculiares interactuando en escenarios que van desde los cotidianos hasta los más elaborados dentro del Imperio con los que los seguidores de la saga se podrán sentir familiarizados.
Las referencias a personajes y elementos directamente relacionados a la trama principal le brindan coherencia y mayor peso a la esencia de esta nueva historia, pudiendo incluso ver brevemente la aparición de algunos personajes conocidos a lo largo de la cinta. Los toques de humor también son muy puntuales y refrescantes durante el film.
El ritmo de la cinta es constante, la banda sonora se mezcla entre lo nuevo y lo clásico aportando fuerza y hasta nostalgia en momentos determinados. La infaltable lucha de naves espaciales se hace presente también en esta ocasión aunque sí se hace extrañar una historia de Star Wars en el que el enfrentamiento de personajes con sables de luz no es lo protagónico, siendo entendible debido a la ausencia de caballeros Jedi en el contexto de la trama.
LO NEGATIVO
Aunque a mi parecer las actuaciones estuvieron a la altura de los personajes, sobre todo los protagónicos como Diego Luna y Felicity Jones, la historia en sí no permite que ninguna de ellas destaque de manera sobresaliente con relación a las demás.
Otro punto en contra es que si bien tenemos referencias al Emperador e incluso podemos ver en varias ocasiones a un temible y siniestro Darth Vader la historia no cuenta con un villano memorable que actúe en contraposición de los héroes.
Pese a esto, Rogue One cumple con ser muy entretenida y con mantenerse apegada a los elementos clásicos de la mítica saga, convirtiéndose en una cinta imperdible para los amantes de la franquicia y que justificará y los dejará precisamente a las puertas de lo que marcó el inicio de la misma: Una Nueva Esperanza.
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